¿Y tú a quién votas? A la madre del topo

Hoy es 28 de noviembre y en Cataluña se decide el futuro de la comunidad autónoma. ¡Hay elecciones! ¿Quién ganará?...Si os soy sincero, ME…LA…SUDA…¡DE CANTO! En serio. Me la pela. Me importa una mierda quién gane. Yo no iré a votar. Ni en las autonómicas, ni las estatales. Estoy hasta los huevos. “Pero tío, no puedes pensar así. La política mueve el mundo”, me dicen algunos. “¿Me estás diciendo que no estás de acuerdo con la democracia? Tienes que votar en blanco. De esta manera dices que estás de acuerdo con la democracia pero no con los políticos”, me dicen otros. Yo levanto el dedo del medio y digo: “Que os den, capullos”.

Primero, la política no mueve el mundo, lo movemos nosotros. Segundo. Si, cierto, no estoy de acuerdo con esta democracia, pero esto no quiere decir que sea un fascista o un tío de ultraderecha que anhela un futuro con un superdictador hijo de puta. Porque la diferencia entre los putos fascistas y yo, es que ellos van a votar partidos como el falangista o, directamente, crean partidos de esta índole, mientras que yo paso de todo. Y lo hago por un motivo muy claro: los políticos que hay han conseguido que me de pereza el país. Han conseguido que me levante un domingo como hoy y piense que haga lo que haga con mi voto, llegará un imbécil al gobierno y hará lo que le salga de los huevos y, encima, mal. Pues por esto, paso de todo. Prefiero ver que ha habido un 60% de abstención que un 60% de voto en blanco o nulo.

¿Quién coño voto? ¿El palo tieso sin sentimientos de Montilla, el cretino de Mas, el chulo subnormal de Puigcercós, el esqueleto operado de Sánchez-Camacho, el neofascista de Rivera, o el cara-pedófilo de Herrera? ¿No veis que todos son basura? Voto en blanco. Mierda. Voto nulo. Pueril. Por eso prefiero estar en casa y ver como el que pensaba ganar se estampa y los que pensaban que se estampaban tienen que unir fuerzas entre ellos para ganar al que se pensaba que ganaría. Como siempre.