miércoles, 27 de octubre de 2010

Pulpo Paul a la gallega

En “Epi y Blasfemo” estamos de luto. Llorad hijos. Ha muerto el pulpo Paul. Ayer todos los telediarios abrían con la misma noticia: “el pulpo Paul nos deja”. El que fue el pulpo más útil de todos los tiempos, el pulpo que salvó a 10.000 niños y 4 monas en el terremoto de Haití, el pulpo que fundó una escuela para niñas violadas y mutiladas de Sierra Leona, el pulpo que luchó por los derechos de los trabajadores vietnamitas, el pulpo que descubrió la cura del SIDA, el pulpo que rechazó jugar en el mejor club del mundo para defender los colores de su pueblo, ese gran pulpo, el pulpo Paul, nos deja.
Por si algún “pocoespabilado” no ha entendido el sarcasmo y la ironía que se podían palpar en estas líneas, os lo pongo más sencillo.
El pulpo Paul era una puta mierda de pulpo. No tenía ningún don, sólo una potra que te cagas. Era una mierda y si España ganó el mundial de los cojones no fue porque el pulpo lo quiso sino por tener la santísima cholla de hacerlo. El pulpo Paul era un pulpo normal y corriente. No tiene que ser noticia del día ni imagen de portada, ni que fuese una puta celebridad. “Se han encontrado al pulpo Paul muerto, en el fondo del acuario”, joder, parece que se hayan encontrado a Elsa Pataky muerta en una habitación de hotel rodeada de jeringuillas llenas de heroína.
Pulpo Paul, seguidores del pulpito y periodistas en general, iros a tomar por culo. Lo mejor que podía hacer el pulpo Paul para la humanidad es un buen plato de pulpo a la gallega.
Pulpo Paul a la gallega. Riquísimo.

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